La moneda de Brasil, el real brasileño (USDBRL) registró este miércoles una fuerte caída frente al dólar estadounidense, presionado por una crecientes crisis sobre el "déficit Fiscal", llegando a cotizar sobre sobre los $ 6.30 reales por cada dólar, un nivel nunca antes visto, obligando al Banco Central a intervenir en el merado cambiario para disminuir su volatilidad, así el real se prepara para registrar una caída de casi 22% durante el 2024.
El real brasileño USDBRL cayó un 3.2% frente al dólar este miércoles sobre los $ 6.30 reales por cada dólar, la moneda brasileña lideró la pérdidas en América Latina, más aún después de que la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) señalará un lento de recorte de tasas para el 2025.
La caída del real brasileño obligó al Banco Central a intervenir en el mercado cambiario colocando unos US$ 3,200 millones de dólares a fin de limitar la volatilidad, en las últimas cuatro sesiones el Banco Central a quemado unos US$ 13,000 millones de dólares. Para los analistas de Reuters, estas intervenciones tendrán un efecto de corta duración.
El siguiente gráfico nos muestra la evolución del real brasileño frente al dólar en los últimos cinco años, donde prácticamente se mantuvo en una tendencia lateral hasta mediados del 2024, donde el real empieza a devaluarse rompiendo su nivel de resistencia clave sobre los $ 5.80.
En lo que va del año, el real brasileño se ha devaluado cerca de 22% frente al dólar estadounidense, aumentando las preocupación de los inversores, ya que las presiones inflacionarias en Brasil son las más altas en América Latina, así mismo, el reciente aumento de las tasas al 12.25% están afectando a otros activos del país de la samba.
El desplome del real esta afectando a todo, desde la acciones, hasta la deuda en moneda local y los bonos en dólares, incluso los inversores están acumulando fondos para protegerse contra un posible pero remoto impago soberano.
El Gobierno del presidente, Lula Da Silva, esta atravesando por una dura crisis política y económica, la cámara baja de Brasil aprobó la primera parte del plan del presidente Lula de apuntar a $ 70,000 millones de reales (US$ 11.500 millones de dólares) en recortes de gasto con cambios que diluyen algunos esfuerzos para abordar las preocupaciones de los inversores sobre las cuentas públicas del país.
Los legisladores dieron luz verde el martes por la noche a una propuesta que prohíbe la ampliación de los beneficios fiscales si las finanzas públicas están empeorando, limita el aumento del gasto para los funcionarios públicos y permite al gobierno bloquear el uso de fondos públicos destinados por los legisladores para proyectos locales.
La caída de los activos locales, liderados principalmente por el real brasileño, confirman que los inversores se ven cada vez menos confiable sobre si el presidente Lula pueda controlar el difícil déficit presupuestario.
Brasil tiene un déficit presupuestario anual del 10%, mucho mayor que los que se registraron durante el primer gobierno del presidente izquierdista. Su reciente cirugía cerebral de emergencia llegó en el peor momento posible, lo que complicó aún más los esfuerzos por apuntalar las cuentas públicas.
A pesar de las duras condiciones crediticias, la economía brasileña, la mayor de América Latina ha seguido creciendo, con un desempleo cercano a mínimos históricos y salarios en alza. Además, el país cuenta con unos US$ 360.000 millones de dólares en reservas internacionales. Lula ha aprovechado el crecimiento económico para demostrar que está cumpliendo sus promesas de mejorar el nivel de vida de los pobres.
Pero también ha avivado los temores de que la economía pueda estar sobrecalentándose, ya que las expectativas de inflación se han deteriorado significativamente. Los operadores ahora esperan que las tasas alcancen un máximo cercano al 16,25% , lo que aumentaría la carga de los costos de intereses del gobierno y ampliaría aún más el déficit.
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